lunes, 3 de junio de 2013

De vacaciones en Santo Domingo, mi ciudad...

Un gran lugar para comenzar sus exploraciones es la capital de la República Dominicana, Santo Domingo, ciudad que combina la sofisticación del mundo moderno, con el carisma del viejo mundo y la pasión de América Latina. Esta palpitante metrópolis le seducirá con una excelente gastronomía, vibrante vida nocturna y la posibilidad de comprar lo que está de última en la moda internacional.
Santo Domingo es la primera ciudad europea del Hemisferio Occidental y preserva una importante parte de su patrimonio cultural entre los muros de la llamada Ciudad Colonial que bordea el Río Ozama. Es impresionante la colección de edificaciones del siglo 16, que incluye imponentes casas e iglesias de piedra que reflejan los años finales del medioevo, cuidadosamente colocados en el trazado octogonal del 1502.

La zona colonial de Santo Domingo alberga varias edificaciones primadas de América, entre ellas la primera catedral del Nuevo Mundo, su primer monasterio, primer hospital, primera universidad, y primera corte de leyes. Reconociendo a Santo Domingo como cuna de la civilización europea en América, la UNESCO declaró a la Ciudad Colonial como patrimonio de la humanidad. Las calles adoquinadas y las fachadas de siglos de antiguedad de la Ciudad Colonial están hoy convertidas en pintorescos cafés y bares, pequeños hoteles y conocidos restaurantes. En la amplia plaza bordeada por el Palacio de Diego Colón (el Alcázar), el Museo de las Casas Reales y el reloj de sol del siglo 17, los cafés de las antiguas calles toman vida al anochecer y acogen a visitantes y residentes por igual que buscan su intimidad e informalidad para escapar de las tensiones diarias.
 Más allá de su bellamente preservado pasado colonial, la vida cultural y artística de Santo Domingo se expresa en sus teatros y salas de conciertos y en sus muchas galerías de arte. Los palacios de la Ciudad Colonial se han convertido en museos fascinantes, pero saliendo de las antiguas murallas está la muy apropiadamente nombrada Plaza de la Cultura. Este amplio y verde oasis en el corazón de la ciudad agrupa cuatro museos –el Museo del Hombre Dominicano, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Historia y Geografía, el Museo de Historia Natural– y la Biblioteca Nacional , así como el Teatro Nacional, escenario de conciertos, ballets, óperas y presentaciones teatrales de prestigio internacional.
 Para aquellos que gustan ir de compras, Santo Domingo es un deleite. Parecería como que cada marca internacional quiere tener presencia en esta ciudad. Aunque se le hará difícil encontrar abrigos y protectores de orejas, sí encontrará abundancia de bellos ajuares tropicales y trajes de baños por doquier, así como la maravillosa joyería dominicana de ambar, larimar y hueso. Cuando busque aquel regalo ideal para llevar a sus familiares y amigos, no olvide de llevar una casita campestre de música dominicana, una caja de aromáticos cigarros dominicanos, el suave ron dominicano, o el rico café, todos a muy buen precio.
A la hora de ir a cenar, ya sea que usted tenga ganas de comer una empanada, o degustar de un banquete de múltiples platos servido por un camarero de primera en un lujoso restaurant, la gastronomía de Santo Domingo rivaliza la de cualquier ciudad cosmopolita del mundo. Se puede saborear una amplia gastronomía proveniente de casi todas partes del mundo. De seguro, sin embargo, que nunca se olvidarán del sabor de la gustosa comida criolla: el sancocho, la versión local del pollo frito (chicharrones de pollo), o el delicioso pescado con coco.
Luego de la cena, las opciones parecerían ilimitadas. No se pierda la música en vivo en los innumerables bares, pub de la ciudad. Hasta tempranas horas de la mañana, en una docena de casinos la noche parece interminable. Mientras, no muy lejos, en las discotecas y clubes nocturnos, los ritmos del merengue, el baile nacional, se escuchan casi hasta el amanecer, especialmente durante los fines de semana.

Vía Red Dominicana

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